SEA RENOVADA TODA LA TIERRA


De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. (Salmo 127:2)

Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)

Amado Padre, por tu maternal amor somos conscientes de cuánto nos das para sostener nuestra vida en adecuadas condiciones y contar con la libertad para construir nuestros sueños, siempre de tu mano.  El ser humano es egoísta y soberbio y por eso, generalmente no aceptamos que cuanto recibimos de bueno, proviene de ti, olvidamos que provees el sustento para toda criatura y velas porque no falte nada para garantizar la vida, mas en nuestro voraz proceder, hemos destruido las fuentes de alimento, hemos creado desiertos donde antes había bosques, somos causantes de la extinción de infinidad de especies, acaparamos y desperdiciamos el alimento y con ello privamos a buena parte de la humanidad de este insumo vital.  ¿Dónde quedó la compasión a la que nos mueves? ¿dónde la solidaridad que debería ser norma común? ¿dónde la justicia que nos pides obrar?  Nos pusiste por mayordomos de tu obra y hemos despilfarrado la hacienda, acabamos con lo que no es nuestro y condenamos a la muerte a nuestra propia especie y a otras criaturas.

Nos queda confiar en ti, volver la mirada hacia tu rostro y pedirte perdón, somos causantes del mal del mundo, pero no queremos ya más apartarnos de ti, no queremos seguir generando caos y destrucción.  Ayúdanos a reparar lo que dañamos, pon de nuevo compasión en nuestro corazón y llévanos a no desear más de lo que realmente necesitamos, haznos solidarios entre nosotros y para con toda la creación y no nos prives del aliento vital, hasta que el grito de la tierra haya cesado y ninguna criatura perezca por falta de alimento.

Tu provees y das en justa medida, todo a su tiempo.  Tu renuevas la obra de tus manos y quieres que comprendamos que somos partícipes de la revitalización del universo, pero para ello debemos seguir tus preceptos, caminar por tus sendas, hacernos servidores amorosos de tu creación, fiel testimonio del obrar de Cristo y la fuerza que imprime tu Espíritu a todos los seres.  Llénanos de ti, oh Señor y suple cuanto haga falta, para que vivamos la paz que deseas, trabajemos por la justicia y la reconciliación y esperemos gozosos el regreso de tu Hijo, en cuyo nombre oramos.  Amén.

Rev. Nelson Celis

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